Donde dije digo, digo Diego... ¿o era al rev茅s? 馃槙
En la sospechosa
calma que exhibe nuestra buc贸lica aldea de monta帽a tras la marat贸n electoral,
asistimos conmocionados a un hecho hist贸rico cuya trascendencia tardaremos
mucho tiempo en olvidar. Se trata de un renunciamiento que solo puede
compararse en nuestro pa铆s con el de Eva Per贸n en 1951 y que, a escala
internacional emparenta al protagonista con personajes de la talla de Charles
De Gaulle.
El personaje en cuesti贸n es el ex candidato a
intendente de SMA, Juan Manuel G贸mez Margeri, candidato de la U.C.R. de SMA, a
quien en aras de la brevedad llamaremos "el ex candidato no residente
(ECNR)" quien sorpresivamente anunci贸 en uno de los medios locales, su
renuncia a ocupar la banca de concejal que su partido obtuvo en las elecciones
del pasado domingo. Pasado el estupor inicial ante tama帽o acto de
desprendimiento, intentamos desentra帽ar el verdadero impacto de lo
acaecido.
En primer lugar, para hacernos una cabal idea de la
trascendencia del hecho, es necesario verificar el impacto electoral que esta
versi贸n remozada de la Armada Brancaleone obtuvo en SMA. As铆, sus 1745 votos,
que representan apenas el 8,13 de los votos v谩lidos emitidos ubicaron a su
partido en un c贸modo 5° lugar. Un 茅xito absoluto si consideramos que el
candidato a gobernador de esta agrupaci贸n pol铆tica obtuvo hace apenas dos a帽os
el 33,4% de los votos en SMA, que fueron los que le permitieron acceder a la
banca de diputado que actualmente ostenta. En cualquier caso, los casi 20.000
votantes que ignoraron su propuesta electoral no parece que est茅n demasiado
preocupados y mucho menos conmovidos por este supuesto acto de liberalidad.
La segunda cuesti贸n refiere, precisamente, a la
naturaleza de la renuncia. A lo largo de toda la campa帽a, el ex candidato no
residente, rebosante de confianza manifest贸 en todos los medios locales su
voluntad de no hacer uso de la opci贸n que la ley otorga para que el candidato a
intendente pueda, en caso de no acceder al cargo, optar a la primera plaza de
concejal, circunstancia que resulta congruente con el hecho de que, al
momento de la oficializaci贸n de la lista candidatos no se haya incluido el uso
de dicha opci贸n conforme lo establece la legislaci贸n electoral.
Sin embargo, en los d铆as previos a la elecci贸n, cuando
las encuestas ya vaticinaban el varapalo que se avecinaba, en un brillante
ejercicio de filosof铆a marxista ("el secreto del 茅xito es la honestidad,
si puedes evitarla est谩 hecho" nos se帽alaba el c茅lebre pensador
neoyorquino) el mismo 铆mpetu con que hab铆a manifestado su intenci贸n de no hacer
uso de la opci贸n, ahora lo utiliz贸 para esquivar la respuesta acerca de la
cuesti贸n cada vez que le era formulada. As铆, nuestro ex candidato usando el
viejo recurso, "donde dije digo, digo diego" continuo sembrando la
confusi贸n en su ya confundido electorado.
Resulta por tanto legitimo preguntarse si
efectivamente estamos ante un genuino acto de liberalidad o como dir铆a Jean
Baudrillard estamos asistiendo a otra "simulaci贸n" como las que nos
ha prodigado a lo largo de su campa帽a nuestro ex candidato no residente. Cabe
recordar que, siguiendo la conceptualizaci贸n del pensador franc茅s existe
una distinci贸n fundamental entre "disimular" y "simular".
Mientras que el primer concepto implica "fingir no tener lo que se
tiene", el segundo es "fingir tener lo que no se tiene". Uno
remite a una presencia, el otro a una ausencia. Y precisamente si algo ha
exhibido nuestro ex candidato ha sido la ausencia. Ausencia de escr煤pulos, de
modestia, de sentido com煤n, de empat铆a, de respeto por el ciudadano, de ideas,
de equipo.
Ahora bien, en la l贸gica de Baudrillard, la simulaci贸n dominaba el 煤ltimo orden del simulacro, aquel don la verdad ha cedido y donde lo real no es solo lo que puede ser reproducido: es lo que ya est谩 reproducido siempre, en un loop permanente en el enjambre digital que nos describe Byung Chung Han donde solo se percibe ruido sin sentido ni coherencia. Pero, como nos recuerda Baudrillard, "cuando lo real deja de ser lo que era, la nostalgia cobra pleno sentido".
As铆, la simulaci贸n de la no renuncia terminan transform谩ndose en el 煤ltimo episodio del simulacro, donde la verdad ya no importa y solo queda el gesto, eso s铆 debidamente recogido por los medios en las redes. Y es all铆 donde aflora la nostalgia de la que hablaba Baudrillard. Nostalgia de aquellos tiempos en que realmente la pol铆tica no ten铆a lugar para este tipo de advenedizos carente de ideas y de moral y que sin ning煤n tipo de experiencia creen que gestionar lo p煤blico y ocuparse de los problemas de la gente es igual que jugar a la play en el living de su casa.
Por eso, ante la pol铆tica del simulacro reivindicamos la pol铆tica real que busca resolver los problemas de la gente de carne y hueso, que cree que la verdad nos hace libres y que solo una ciudadan铆a formada, informada y comprometida puede construir una verdadera democracia, con l铆deres serios que encarnen aquella idea que hoy parece que hemos olvidado: "que todo el poder esta investido y, en consecuencia, derivado del pueblo; que los magistrados son sus fideicomisarios y sirvientes y en todo momento est谩n a su disposici贸n".
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